Conviertenos a tí...









Conviértenos a ti,

que tu llegada nos cambie el corazón

y trabajemos para hacer que florezca la justicia,

para tratarnos como hermanos,

para estar atentos a lo que necesita el otro,

para vivir centrados en los demás,

para estar en escucha del que sufre.

 

Conviértenos a ti, Señor,

enseñándonos a construir la paz,

a tratarnos con ternura,

a frenar los enfrentamientos,

a minimizar las diferencias,

a utilizar expresiones cálidas,

a buscar las cosas que nos unen,

a construir tu reino de igualdad y fraternidad permanente.

 

Conviértenos a ti, Señor,

no nos dejes seguir viviendo así,

no permitas que la indiferencia nos envuelva.

Despiértanos la sensibilidad.


Conviértenos el corazón,

ese de piedra e indiferencia,

para que amemos más, para que sintamos con el otro,

para que mejoremos su existencia.