Vivimos rodeados de muchas palabras y demasiado ruido. Si puedes abre tu corazón y llénalo de esperanza e ilusión. Quizás te venga bien un poco de tranquilidad, de silencio.
Cada vez más, estamos necesitados de personas que tengan experiencia de Dios. Que se sientan tocadas por su amor, su compasión. Nosotros estamos constantemente corriendo. Él siempre está ahí....
Descúbrelo en los acontecimientos del día a día. Ponte en marcha y comparte su vida con los demás. Que su Espíritu te traiga luz, calma y confianza.