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Ayer domingo el sol nos sonrió. No sólo en el buen tiempo, sino en las emociones vividas por la tarde. Hay veces que las celebraciones se convierten en una experiencia fuerte de fe. Ayer fué unos de esos días y momentos que no olvidas, que se te quedan grabados.

Todos los que nos unimos en oración, acompañando a nuestros enfermos, experimentamos la presencia viva de nuestro Señor Resucitado. Su Espíritu nos hizo abrir nuestros corazones y dejar que nuestro sentimientos fluyeran y flotaran. Escuchando la palabra, cantando, abrazándonos. Nuestra oración se llenó de alegría, de dolor, de esperanza y de lagrimas. 

La  experiencia de compartir nuestras cruces en comunidad es algo bueno. Las buenas vibraciones y la magia nos acompañaron a todos. Asi que nuestros hermanos recibieron la unción de enfermos. Para seguir aprendiendo a convivir con la enfermedad, en el día a día. Estamos a vuestro lado.

Después, bajamos todos a la rotonda ,(sala que tenemos en los locales) y allí continuamos  la tarde, llenos de sonrisas...porque entre algunos jóvenes y catequistas, disfrutamos de un sketch teatral, donde volvimos a reafirmar que el amor es el motor de nuestras vidas. Como Jesús muerto y resucitado, lo hacermos todo con mucho amor.

Y después del arte....a merendar, los churros y el chocolate. Juntos y mezclados, no saludamos, reimos, estuvimos completando una jornada preciosa. A todos los que viniteis a dar lo mejor de vostros, muchas gracias por esta tarde tan especial como hermosa. Que podamos seguir haciendo sonreir, a nuestros hermanos enfermos. Un cariñoso abrazo.