Que la manifestación de Dios hecho niño, inunde nuestros corazones de paz y armonía en nuestras vidas. Parece que fue hace muchísimo tiempo, cuando comenzabamos el adviento. Llego la magia de la Navidad. El amor y la ternura de Dios está con nosotros.
Que al igual que los magos de oriente, sepamos estar en busqueda para encontrar a Dios en los acontecimientos de nuestra vida diaria. Él es nuestro regalo, por ello hoy lo deseamos compartir con los demás. Seamos como niños llenos de alegría.